Ayer
se cumplieron 66 años de la muerte del doctor Virginio Silva (2/8/1954) y hubo
un homenaje oficial por parte de las autoridades municipales. Esto no debería
llamar la atención ni merecer ningún comentario especial, si no existiese un
detalle particular: es la primera vez que el mismo se realiza con un gobierno «no
intransigente», con excepción —claro está— de los intendentes de facto (a
saber: Desiderio Carlos Aldaya, José C. Pasetti, Roque Pesce, Armando Zeroli y
Eduardo Ronconi).-
La
personalidad, su accionar y una muerte trágica convirtieron a Virginio Silva en
un prócer de la ciudad de Urdinarrain, instalado en el imaginario popular como
un médico filántropo y dotado de virtudes dignas de ser imitadas, lo cual
ameritó grandes homenajes, la construcción de su mausoleo y la denominación de
una de las principales calles, sobre la que se erige su busto.-
En
ocasión de los cien años de su natalicio (2001) comenzamos a bosquejar una
biografía suya y el —por entonces— encargado del Área de Cultura del Municipio de
Urdinarrain, Javier Broggi (devenido en convicto), nos sugirió la redacción de
un folleto para entregar a los estudiantes, primarios y secundarios, con una
reseña de la vida de don Virginio. Sobre esta cuestión es necesario aclarar que
para aquel régimen gobernante nosotros ya éramos considerados enemigos, pero la cercanía con Broggi y
la falta de algún historiador/a o escriba del riñón oficialista hizo que los
popes intransigentes aceptaran que el municipio financiara nuestra publicación.
Y la misma se hizo, con una muy buena recepción por parte de estudiantes y
docentes, ya que fue leída en todas las aulas y motivó trabajos de
investigación muy interesantes en los estudiantes. Sin embargo, el precio que
debimos pagar para que la publicación se hiciera fue la censura, ya que tuvimos
que omitir una palabra, muy significativa para el partido intransigente: la
palabra era “radical”, que era el partido al cual pertenecía el doctor Virginio
Silva. Una tarde Javier llegó a casa y nos dijo que los textos habían gustado
mucho, que había pleno acuerdo para que los folletos se hicieran, pero la
condición era omitir la pertenencia de Silva a la UCR, a lo cual accedimos, con
la advertencia que algún día contaríamos la verdad.-
Para
comprender esta cuestión es necesario remontarse a la división de la UCR, en
1956, donde el sector de la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente) se
convirtió en mayoritario en Urdinarrain y fue así que estos se apropiaron de la figura de Silva, ante la pasividad de los “radicales
del pueblo” (UCRP).-
Cuando
arrancamos con la investigación entrevistamos a “Beto” Taubas, quien fue amigo
íntimo de “Pichón”, el hijo de Virginio, y muy allegado a la familia Silva. Concretamente,
le preguntamos el motivo de esta apropiación, y Beto nos respondió que se debía
a que Silva pertenecía a la línea del radicalismo que después formó la UCRI,
algo muy difícil de comprobar. A modo de broma le dijimos que estaba parafraseando
a los montoneros, por aquello que “Si Evita viviera sería montonera” y “Si
Silva viviera sería intransigente”, pero Beto se fastidió, nos mezcló las
fechas y nos cambió de tema.-
La realidad histórica nos muestra que en agosto de 1954 el peronismo era aún muy fuerte, y el radicalismo un debilitado partido de la oposición, con escasas expectativas de llegar al poder y mucho menos con un casi desconocido Arturo Frondizi. Cabe resaltar que a Silva le rindió homenaje su propio partido, tal como lo muestra la placa de su mausoleo: “LA UCR DE URDINARRAIN. DOLOR DE SUS CORRELIGIONARIOS”. Sugestivamente, otra inmensa placa reza: “MARCHAR DE FRENTE SIN TRANSIGIR CON NADA QUE NO SEA DIGNO DE NOSOTROS. ALEM. UNIÓN CÍVICA RADICAL”.-

¿Qué camino hubiese
seguido Silva de no haber tenido tan trágico final?
Considerando que era un radical, antiperonista, de los denominados “gorilas”,
seguramente hubiese festejado, al igual que sus pares, el golpe del 55’, el que
para ellos trajo “libertad” y que le dio nombre a la principal avenida de la
ciudad (antes llamada Eva Perón). Pero lo anterior es una mera especulación,
sobre este personaje de nuestra historia, de la Unión Cívica Radical de
Urdinarrain, al cual le seguimos debiendo su biografía. Y reafirmamos, una vez
más, la necesidad de mantener viva nuestra historia, nuestra memoria, con
debates y nuevas voces, sin silencios ni clausulas cerrojos, en fin, con
libertad.-
Mónica
D. Feyt – Ariel E. Martínez
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