domingo, 29 de septiembre de 2019

ZEROLI EN HISTORIA

“Quien controla el presente, controla el pasado y quien controla el pasado, controlará el futuro” dice “1984”, la genial obra de George Orwell que deben leer los estudiantes del Colegio. La realidad de Urdinarrain y su historia reciente se le parecen. El lenguaje político es uno solo, la neolengua se impone a toda la ciudad y no hay, aparentemente, forma de contrarrestarlo.
El partido político gobernante, o si se quiere, el régimen intransigente, derrotado en las últimas elecciones municipales, ha decidido la construcción de una obra escultórica para honrar a su máximo caudillo, el doctor Armando Hipólito Zeroli.
Cada vez que les señalamos a los intransigentes, a sus biógrafos o a quienes quieren conocer nuestra historia reciente que Zeroli fue el primer intendente de la última dictadura cívico militar, muchos se fastidian y suelen descalificarnos de todas las formas posibles, e insisten en enumerar las virtudes humanas del doctor, las cuales nunca hemos puesto en duda. Sabemos, por tradiciones familiares y porque la memoria colectiva se ocupó de instalarlo, que era una persona generosa, desinteresada y que las cuestiones políticas o partidarias no eran un problema para que el médico atendiera a algún paciente. Aunque también se cuenta (la misma memoria colectiva) que antes que llegara a una casa, había que esconder los cuadros de Evita y de Perón, y que en cada elección recorría a sus viejitos para pedirles el voto. 
No tenemos certeza que Zeroli conociera la doctrina de la Seguridad Nacional o los reales objetivos del Proceso de Reorganización Nacional, pero a los 62 años, un viejo político como él, no podía ignorar lo que era un golpe de Estado y las sangrientas represiones de las que eran capaces los militares; sobre todo para quien se había formado no solo académicamente, sino también políticamente en una ciudad como Rosario, militando en el Partido Demócrata Progresista.
El Dr. Armando Zeroli aceptó continuar en el cargo luego del 24 de marzo de 1976, bajo la figura de “interventor”, lo cual fue oficializado cinco días después, mediante el decreto N° 58 del M.G.J.E.I.M. El 26 de mayo de ese año, un nuevo decreto que lleva la firma del Gobernador Rubén Di Bello y del Ministro de Justicia y Educación Ángel Soldini, nombró a Zeroli intendente Municipal de Urdinarrain, cargo que ostentó hasta el 17 de febrero de 1977.
Con el retorno de la democracia la amnesia selectiva comenzó a funcionar y, con excepción del caudillo radical del pueblo, Orlando Aldaya que les refregó que ellos “no le prestaban intendentes a la dictadura”, nadie se atrevió a recordar el pasado colaboracionista de don Armando (Aldaya pareció olvidar que su padre, Desiderio, fue designado como la máxima autoridad municipal, precisamente, por la dictadura militar autodenominada “Revolución Libertadora”). De esta manera, su figura decorativa fue empleada como vice intendente en los dos períodos de Héctor M. Altinier (1983-87 y 1991-95), cargo que por entonces no acarreaba funciones en la práctica, excepto ante el fallecimiento del intendente; además de habérselo visto pasear victorioso, a sus 78 años, en el carro de “Patita Cerrudo”.
Cabe destacar que lo mencionado anteriormente no hubiese sido posible a partir de 2008, pues la nueva constitución entrerriana establece, taxativamente, que: “Es condición de idoneidad para ocupar cualquier función de gobierno no haber desempeñado a partir del 24 de marzo de 1976 cargos de responsabilidad política en los regímenes de facto” (Art. 6° Constitución de Entre Ríos).
Zeroli fue declarado “Ciudadano Ilustre” y el día de su fallecimiento, el 27 de junio de 2012, se decretó duelo; incluso las autoridades educativas departamentales dispusieron la suspensión de las clases en la ciudad. La única oposición —firme— a la decisión oficial de perpetuar su nombre la protagonizaron los frentistas de la ex calle Caffarena, quienes expusieron los perjuicios que les ocasionaría la nueva denominación, pero el gobierno fue literalmente “intransigente” y, finalmente, el Dr. Zeroli, tuvo su calle. En su honor además, el 13 de agosto, fecha de su natalicio se conmemora desde 2014, “el día del vecino destacado”.
Tanto en el libro “identidad” (donde sus autores fueron persuadidos de omitir las fechas reales), como en el sitio web del Municipio de Urdinarrain y en todas las publicaciones, con excepción de las realizadas por los autores de la presente (y hasta ahora Wikipedia), se señala como fin del mandato del Dr. Zeroli el año 1976, falseando la verdad histórica. Cabe resaltar que la página web de la Intransigencia Popular de Urdinarrain modificó esta información recientemente, aunque sin hacer referencias específicas al tema.
En breve todos podremos ver, en la esquina de Bv. Rivadavia y Zeroli, una nueva obra de un importante artista local, quien inmortalizará al primer intendente de la dictadura cívico militar.
“Nada más peligroso que una estatua en su aparente inmovilidad, en su mandato de quietismo, de statu quo, que aquello pergeñado por el Poder se mantenga invariable (…) Las estatuas conmemoran, destacan, idealizan, ejemplifican, dan identidad, pero por sobre todas las cosas, naturalizan”, expresa Marcelo Valko, profesor titular y fundador de la Cátedra "Imaginario Étnico, Memoria y Resistencia" de la U.B.A.-
La "Intransigencia Popular", legitimará arbitrariamente la imposición a sus habitantes, de su historia oficial como la única y verdadera historia. Al igual que en la obra de Orwell, los dirigentes del Ministerio de la Verdad seguirán decidiendo aquello que los ciudadanos no deben conocer.
Por otro lado, el pueblo de Urdinarrain espera que a solo 100 metros, el intendente Mornacco —o su sucesor— decida que por fin haya presupuesto para levantar el monumento a la democracia.
A poco más de 70 días de la asunción de Sergio “Tiki” Martínez, del Frente Para Todos, podríamos preguntarnos: ¿Cuál ha sido el proyecto político que ha gobernado la ciudad, todos estos años, que comparte en su Honorable Concejo, en el mismo status, los cuadros de los ciudadanos elegidos por el pueblo, con los impuestos por las dictaduras? ¿Podemos soñar con alguien, que también en Urdinarrain, ordene bajar los cuadros que ofenden la memoria y la democracia? No tenemos expectativas que ello vaya a ocurrir en lo inmediato, pero si ocurre, seremos los primeros en felicitar a quien honre la memoria de su líder –Raúl Alfonsín– porque, como expresa precisamente la U.C.R.: “(…) adherimos con profunda convicción a los postulados de Memoria, de Verdad y de Justicia, porque la democracia que tanto ha costado consolidar, solo puede hacerse sobre la base de esos tres postulados”.
La democracia es y será la que deba asegurar a los habitantes la posibilidad de construir sobre pilares como la verdad histórica, la justicia y los derechos humanos. Es necesario construir un proyecto de ciudad, donde se respete la libertad de expresión y que la memoria colectiva sea patrimonio del pueblo y no de un partido político. Mientras tanto, la Constitución entrerriana nos garantiza hoy, el rescate de la memoria reciente y el derecho a la resistencia legítima cuando la quieran violentar.
Autores: Profesores Mónica D. Feyt & Ariel E. Martínez
Fuentes:
* Decretos del P.E.M. Período 1976-1977. Municipalidad de Urdinarrain.
* George Orwell: “1984”.
* Nuestro Proceso: Primera parte.
* Norberto Galazzo: “La larga lucha de los argentinos”.
* Constitución de Entre Ríos.
* Comité Nacional de la U.C.R.
* Marcelo Valko: “Pedagogía de la desmemoria”.
* Testimonios orales.